Por Paola Caputo.
Resulta paradójico que hasta hace apenas unas semanas, para sentirnos libres como pájaros, nos hiciera falta tan solo una pequeña cosa: solo tiempo… (Richard Dehmel).
Es interesante observar cómo frente a los cambios impuestos por el nuevo contexto, en estos tiempos, se intensifica la proliferación de tips, recomendaciones y consejos de los más diversos. A simple vista y primera lectura, satisfacen en el lector la necesidad de hacerse de información. En primera instancia la satisfacen y promueven acciones (conductas adaptativas) que resultan efectivas en mayor o menor grado, pero que devendrán difíciles de sostener frente a la incertidumbre y volatilidad que el contexto de la pandemia impone. El proceso así se retroalimenta, dado que el sentimiento de “nueva necesidad” y el desconcierto retornan a nosotros muy rápidamente y volvemos a buscar con qué consejo o datos “llenarla”.
El psicólogo británico David Lewis fue quien acuñó el término Information Fatigue Syndrome, Fatiga por Exceso de Información (IFS-1996), más tarde el mismo término, fue adecuado al español con el neologismo: “infoxicación”. La expresión se utiliza para caracterizar el elevado nivel de estrés de quienes intentan a toda costa asimilar el caudal de información (sobresaturación) que les llega a través de la diversidad de los diferentes medios.
Por supuesto que en estas épocas de bajos niveles de inmunidad, se fortalece el consumo de información externa. El contexto Covid-19 sin dudas incrementa esa predisposición. De hecho, el filtrar poco la información que recibimos del exterior, sumada a la incertidumbre que el momento produce, lleva de por sí, a una inquietud generalizada, que todos en alguna medida estamos experimentando.
Se trata de respuestas involuntarias del organismo frente a estímulos, que pueden ser externos o internos. Y aquí es donde encontramos importante detenernos; la oleada externa es irrefutable, inminente, explícita. Ahora bien, la pregunta fundamental que nos hacemos es: ¿en qué medida atendemos la oleada de información respecto del contexto actual y futuro que proviene de nuestro interior? (tales como pensamientos, ideas, conceptos, juicios, significaciones, etc.)
La oleada continua de datos externa e interna genera fatiga, cansancio, agotamiento mental y físico. Conlleva ansiedad, estrés, trastornos del sueño y conduce a una alteración en la capacidad analítica, dificultando el distinguir lo que es fundamental de lo que no es. ¿En qué medida estamos reparando en lo esencial? ¿Cómo estamos distinguiendo lo esencial de lo que no lo es?
¿EN QUÉ MEDIDA ESTAMOS REPARANDO EN LO ESENCIAL?
“Más información no conduce necesariamente a mejores decisiones” Con frecuencia un menos de información produce un más… No lleva ninguna luz a la oscuridad… En un determinado punto, la información ya no es informativa, sino deformativa; la comunicación ya no es comunicativa, sino acumulativa.” Byun Chul Han (2014).
Nos encontramos frente a una transición plena de sentido, el título de este escrito remite a “sostener el justo a tiempo”. Ello implica el coraje de atravesar y conversar con nuestras sombras: se trata de esa otra información que proviene del interior, que irrumpe involuntariamente en forma de miedos, imposibilidades, tensiones, nerviosismos, preocupaciones, expectativas frustradas; todos ellos reales o imaginarios, que emergen ahora, y aunque rehusemos -incluso de este texto- pueblan los cortos espacios de los que hoy disponemos para eludirlos. Estas ajenas, aparentes o notables apariciones, durante el encierro, se hacen más manifiestas que nunca, demandan ser elaboradas y representan una enorme oportunidad de análisis. Analizar, interpelar, re-significar mediante la puesta en palabras, de los momentos y las experiencias en los cuales las emociones son superadas por los actos.
Para que en el vacilante intervalo para que en lo oscuro haya algo aferrable. Friedrich Hordelin
Sostenemos entonces que es tiempo de atender el “justo a tiempo”, el momento oportuno. Y ese momento, siempre suele ocurrir como resultado de una tensión.
¿Cuándo es justo a tiempo? Cuándo es oportuno?
Ahora. Es ahora que urge este tiempo que se distingue de otros. Es ahora el momento del compromiso con ese análogo modo de manufactura: “Jus in time”, el que postula que se debe producir solo lo que sea necesario, en la cantidad que sea necesaria, y en el momento que sea necesario. Este es un presente que pareciera sucederse sin rumbo y sin embargo YA no somos los mismos.